Dicen los psicólogos, que lo que genera un peor estado anímico, no son las malas noticias, sino las situaciones de incertidumbre de qué es lo que vá a pasar.
Las malas noticias, tarde o temprano, se acaban aceptando según el modelo de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross tras las 5 fases de duelo: 1ª negación, 2ª ira, 3º negociación, 4ª depresión, 5ª aceptación. Sin embargo, la incertidumbre “mata”, porque si te pones en lo mejor, te sentirás culpable por tu exceso de ingenuidad y optimismo si acontece lo contrario, y puedes sufrir innecesariamente cuando te planteas la peor posibilidad si esta no acaba sucediendo.
Es complejo plantear estrategias para la resolución de una situación, cuando no sabes realmente a qué atenerte. Mientras que cuando ya se ha producido, sea lo que sea lo que suceda, bueno o malo, acabarás asumiéndolo y pudiendo actuar en consecuencia.
Estamos acostumbrados a vivir en una determinada rutina. Sabemos a qué hora llevamos a los niños al colegio, a qué hora entramos a trabajar, y a qué hora deberíamos salir si no se complica la jornada. Conocemos con antelación qué días dispondremos de vacaciones para poder organizar nuestro ocio y descanso. Y ésto nos aporta tranquilidad y motivación. Planificamos, incluso muchas veces, qué vamos a comer hoy, o qué ropa me pondré mañana. Y muchos más ejemplos, que cada uno en su día a día, en sus rutinas diarias elige, o debe seguir.
Las rutinas, decimos siempre que son beneficiosas cuando se trata de hábitos sanos, pero sobre todo porque nuestra mente funciona “en piloto automático”. Es decir, una vida con unas marcadas rutinas, permite una menor afluencia de pensamientos, menor actividad cerebral, y en consecuencia una atención mayor al momento presente, para una mente lúcida, resolutiva y feliz. Uno de los pilares de la medicina preventiva Antienvejecimiento, es precisamente lograr el estado de mente serena y tranquila centrada en el momento presente (consulta: Mindfulness).
¿Cómo afrontar una situación de incertidumbre? Es necesario encontrar el punto de equilibrio entre los datos presentes tangibles y al mismo tiempo procurar preveer qué puede ocurrir mañana mediante un razonamiento lógico y objetivo. Hace apenas unas semanas escuché que “Quien controla sus emociones, controla su vida”. Sublime, ¿no crees?.
Muchas situaciones no dependen de nosotros mismos, pero afortunadamente sí depende intentar elegir nuestras reacciones respecto a ellas. El miedo causa bloqueo o huída, sin embargo recomiendo razonar fríamente determinadas reacciones o comportamientos. Elige ser feliz, elige tener la respuesta de la que no te tengas que arrepentir, aquella que te haga sentir orgulloso, seguro, y la que viendo la situación desde fuera te gustaría tener. Lo sé, requiere atención diaria este control de las emociones, incluso en determinados momentos un control constante. Pero si en vez de excusas buscas soluciones, tú mismo eres consciente que vale la pena.
¿Qué tienes hoy para ser feliz? Piénsalo, porque quizá lo tengas todo. Sí todo. ¿Estás vivo?¿Respiras? ¿Eres capaz de realizar una apnea voluntariamente de 10 segundos de duración sin toser? ¿Tu temperatura corporal indica normalidad? ¿Tienes comida y casa? ¿Tienes a tu familia cerca? ¿Tienes tiempo para disfrutar de la compañía de las personas que te quieren? ¿Te escriben o llaman tus amigos? ¿Te sientes querido? ¿Te sientes valorado, que importas? ¿Te sientes orgulloso de lo que eres capaz de hacer por los demás, incluso por aquellos que ni conoces? ¿Eres capaz de amar y compartir? ¿Te comprometes con la vida?.
Dentro de aquellas situaciones que nos podrían indignar o frustar, siempre hay motivos por los que Sonreír, Amar y Vivir. Sí VIVIR en mayúsculas como siempre. Pienso que es importante vivir “normal” dentro de la anormalidad y la incertidumbre. Llueva o haga sol, aprendamos a vivir con otras reglas de juego. Hasta en el sufrimiento de una guerra en algún momento los soldados ríen, y los niños juegan.
"Quédate en casa".
Un médico, a vuestra disposición.
Eva Alcaraz
Las malas noticias, tarde o temprano, se acaban aceptando según el modelo de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross tras las 5 fases de duelo: 1ª negación, 2ª ira, 3º negociación, 4ª depresión, 5ª aceptación. Sin embargo, la incertidumbre “mata”, porque si te pones en lo mejor, te sentirás culpable por tu exceso de ingenuidad y optimismo si acontece lo contrario, y puedes sufrir innecesariamente cuando te planteas la peor posibilidad si esta no acaba sucediendo.
Es complejo plantear estrategias para la resolución de una situación, cuando no sabes realmente a qué atenerte. Mientras que cuando ya se ha producido, sea lo que sea lo que suceda, bueno o malo, acabarás asumiéndolo y pudiendo actuar en consecuencia.
Estamos acostumbrados a vivir en una determinada rutina. Sabemos a qué hora llevamos a los niños al colegio, a qué hora entramos a trabajar, y a qué hora deberíamos salir si no se complica la jornada. Conocemos con antelación qué días dispondremos de vacaciones para poder organizar nuestro ocio y descanso. Y ésto nos aporta tranquilidad y motivación. Planificamos, incluso muchas veces, qué vamos a comer hoy, o qué ropa me pondré mañana. Y muchos más ejemplos, que cada uno en su día a día, en sus rutinas diarias elige, o debe seguir.
Las rutinas, decimos siempre que son beneficiosas cuando se trata de hábitos sanos, pero sobre todo porque nuestra mente funciona “en piloto automático”. Es decir, una vida con unas marcadas rutinas, permite una menor afluencia de pensamientos, menor actividad cerebral, y en consecuencia una atención mayor al momento presente, para una mente lúcida, resolutiva y feliz. Uno de los pilares de la medicina preventiva Antienvejecimiento, es precisamente lograr el estado de mente serena y tranquila centrada en el momento presente (consulta: Mindfulness).
¿Cómo afrontar una situación de incertidumbre? Es necesario encontrar el punto de equilibrio entre los datos presentes tangibles y al mismo tiempo procurar preveer qué puede ocurrir mañana mediante un razonamiento lógico y objetivo. Hace apenas unas semanas escuché que “Quien controla sus emociones, controla su vida”. Sublime, ¿no crees?.
Muchas situaciones no dependen de nosotros mismos, pero afortunadamente sí depende intentar elegir nuestras reacciones respecto a ellas. El miedo causa bloqueo o huída, sin embargo recomiendo razonar fríamente determinadas reacciones o comportamientos. Elige ser feliz, elige tener la respuesta de la que no te tengas que arrepentir, aquella que te haga sentir orgulloso, seguro, y la que viendo la situación desde fuera te gustaría tener. Lo sé, requiere atención diaria este control de las emociones, incluso en determinados momentos un control constante. Pero si en vez de excusas buscas soluciones, tú mismo eres consciente que vale la pena.
¿Qué tienes hoy para ser feliz? Piénsalo, porque quizá lo tengas todo. Sí todo. ¿Estás vivo?¿Respiras? ¿Eres capaz de realizar una apnea voluntariamente de 10 segundos de duración sin toser? ¿Tu temperatura corporal indica normalidad? ¿Tienes comida y casa? ¿Tienes a tu familia cerca? ¿Tienes tiempo para disfrutar de la compañía de las personas que te quieren? ¿Te escriben o llaman tus amigos? ¿Te sientes querido? ¿Te sientes valorado, que importas? ¿Te sientes orgulloso de lo que eres capaz de hacer por los demás, incluso por aquellos que ni conoces? ¿Eres capaz de amar y compartir? ¿Te comprometes con la vida?.
Dentro de aquellas situaciones que nos podrían indignar o frustar, siempre hay motivos por los que Sonreír, Amar y Vivir. Sí VIVIR en mayúsculas como siempre. Pienso que es importante vivir “normal” dentro de la anormalidad y la incertidumbre. Llueva o haga sol, aprendamos a vivir con otras reglas de juego. Hasta en el sufrimiento de una guerra en algún momento los soldados ríen, y los niños juegan.
"Quédate en casa".
Un médico, a vuestra disposición.
Eva Alcaraz
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