EL
mejor probiótico es la dieta. Entre 1 y 2 kg de nuestro peso es la
flora intestinal o microbiota, que entre otras funciones regula
algunas de nuestras actividades. La microbiota se forma en los tres
primeros años de Vida. Ya existe una carga bacteriana a través del
canal del parto y de la leche materna. El microbioma varía con la
edad y seguramente inicialmente se establecen unas condiciones
previas para el crecimiento posterior de otras bacterias. Influyen
factores como el genotipo, la alimentación, el estrés y los
probióticos.
Estamos
en continuo contacto con millones de bacterias. Se ha calculado que
existen en el mundo 5 quintillones de bacterias, con lo que hace
pensar que las bacterias poseen un papel fundamental en la Vida del
planeta. Las bacterias fijan el nitrógeno y sin ellas no habría
Vida. Tan sólo el 0,006 por cien de las bacterias clasificadas hasta
la fecha son patógenas, aunque son las que más interés han
despertado en el mundo sanitario.
Los
alimentos ingeridos en nuestra dieta condicionan el crecimiento de
las distintas bacterias que configuran nuestro microbioma digestivo.
Está demostrado que la flora intestinal es diferente en el paciente
obeso que en el paciente en normopeso. Al ingerir demasiados
carbohidratos se desequilibra la microbiota. Pero se puede variar muy
rápido cambiando la dieta, y la pérdida de peso va ligada a
reequilibrar el sistema. Esto es mucho más importante de lo que pensábamos.
Todo
lo que somos está escrito en nuestros genes y en cómo interaccionan
con el medio ambiente. Todo lo bueno y todo lo malo. Un consorcio de
microorganismos en combinación con los genes del huesped es la base
sobre la que se está trabajando en la investigación actual para
conocer las enfermedades y el posible tratamiento de ellas con
probióticos. Conocemos ya enfermedades donde la microbiota es
distinta y probablemente condicione la evolución de la enfermedad.
En
un estudio clínico de intervención realizado en niños con
dermatitis atópica publicado en noviembre de 2017 en JAMA
Dermatology se demostró que la toma de un mix de Bifidobacterium
lactis, B. longum y Lactobacillus casei cuando se comparó con el
grupo placebo mostró una clara mejoría estadísticamente
significativa en la reducción en la intensidad y duración de los
brotes de dermatitis atópica, reducción del uso de corticoides
tópicos y reducción de la extensión e intensidad de eczema.
En
dicho estudio la mejoría clínica es relevante cuando se consiguíó
disminuir los fecalobacterium y aumentar los bacteroides de la
microbiota digestiva de los niños del estudio del grupo probiótico.
Parece idóneo pues un seguimiento de tratamiento por pulsos,
posterior a la estabilización.
Un
caso claro de la relación entre en tracto digestivo y nuestro
cerebro es el autismo. En ratas transgénicas donde se simula el
autismo se ha comprobado que en su microbiota digestiva se produce
reducción de bacteroides fragilis y que cuando se les dá por sonda
nasofaríngea se recupera, pero no cuando se pincha el nervio vago.
A
partir de los sesenta años de edad existe reducción o pérdida de
determinadas bacterias de nuestro microbioma. Probablemente eso
explique que a partir de una determinada edad aparece sintomatólogía
digestiva recurrente, o aparecen celíaquías que permanecían
silentes. En pacientes con problemas digestivos donde existen
procesos de inflamación intestinal, pacientes tras finalizar
tratamientos con antibióticos o fármacos antiinflamatorios, y
pacientes con el sistema inmune debilitado pueden ser de utilidad
suplementos de probióticos conjuntamente con zinc, vitamina D y
selenio.
También
se está investigando la falta de determinados probióticos en
mujeres con abortos recurrentes. Y el tratamiento en el cáncer con
antitumorales en función del microbioma del individuo enfermo. El
microbioma se está convirtiendo en otra herramienta de diagnóstico.
Empezamos a percibir de una forma distinta la importancia de las
bacterias en la Salud y en la Enfermedad. Estamos ante un cambio
equiparable al cambio que supuso en la biología la Teoría de la
Evolución de Darwin.
Interesante
es la conducta de las gorila hembra, las cuales besan a sus crías
compulsivamente en la boca, tras comer tierra ellas, cuando los bebés
gorila están enfermos. Siendo la tierra una fuente de bacterias,
malas y buenas.
Existen
ya determinaciones para conocer tu microbioma, puedes consultar a tu
médico especialista en Medicina Antienvejecimiento. Y se están
desarrollando nuevos kits para el análisis del microbioma. En el
futuro con una muestra obtenida en casa podremos mediante un usb y
previo pago realizar la medición del microbioma en casa.
En
este artículo se recogen ponencias de los doctores Vicente Navarro
López, Lluis Arola Ferrer y Daniel Ramón Vidal. Mi agradecimiento
por ilustrarnos.
Saludos
desde el Mediterráneo
Quiérete
y cuídate. Dra.
Alcaraz.
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