Frutas y Verduras a Diario

Frutas y verduras deben comerse a diario. Cinco son las las raciones recomendadas, preferiblemente de temporada, y siempre que pueda ser de cultivo ecológico. Recuerda lavarlas bien con el mismo tipo de agua que usas para tu consumo. Fibra, agua, vitaminas y antioxidantes son los componentes de la fruta y verduras, de ahí su gran protagonismo en la dieta. Incluso en un paciente con intolerancia a la fructosa parece importante estén presentes vegetales con bajo contenido en fructosa pero que aporten los nutrientes propios de las verduras y hortalizas. Bajo mi criterio no deben excluirse de las dietas de adelgazamiento excepto en periodos muy breves, para no entrar en contradicción con los hábitos saludables que el paciente debe incorporar en sus rutinas beneficiosas diarias. La fruta natural no engorda, engordan los malos hábitos, no la fruta ni la lechuga.




La fibra favorece un tránsito intestinal óptimo y previene el cáncer de colon. Lo que el cuerpo ya ha descartado, una vez se produce la absorción de nutrientes, cuanto antes salga mejor. Si las heces permanecen un tiempo excesivo en el intestino, se seguirán absorbiendo las sustancias nocivas que deberían haber sido ya expulsadas, y éstas pueden acabar produciendo que las células muten y se cancericen. También la fibra ralentiza la absorción de hidratos de carbono e impide parte de la absorción de grasas, por lo que es beneficiosa para el control de azúcar en sangre, para el control de peso y para los óptimos niveles de triglicéridos y colesterol. Los pigmentos de las frutas y verduras les sirven como antioxidantes naturales ante un exceso de radiación solar, es un modo de defensa, y presentan ventajas obvias su consumo. Un ejemplo es el licopeno, un caroteno que se encuentra en tomate, sandía, zanahorias y papaya, que puede ser interesante en la prevención del cáncer de próstata, protegiendo además del estrés oxidativo en enfermedades cardiovasculares y antienvejecimiento.




Frutas y verduras frescas son beneficiosas para el mantenimiento y cuidado de una microbiota sana. Es necesario especialmente priorizar una alimentación suficiente y adecudada en pacientes con inflamación intestinal, en pacientes con problemas digestivos inespecíficos, en periodos de estrés, abuso de tóxicos y alcohol, cuando existen infecciones frecuentes y, contemporáneo y posterior a un tratamiento médico necesario con antibióticos o AINEs. Nuestras bacterias intestinales constituyen un refuerzo a nuestro sistema inmunológico, facilitan la absorción de nutrientes, suponen una barrera frente a microorganismos nocivos, y contribuyen en general al buen funcionamiento de nuestro organismo. Un tema apasionante y necesario se siga avanzando en su estudio (consulta: La  Microbiota y El Microbioma).


 

Otro gran punto de estudio en este milenio son las enzimas digestivas naturales, como la papaína de la papaya, la bromelaína de la piña, las enzimas de los vegetales fermentados ( chucrut o kimchi), la lipasa del aguacate, y la amilasa y maltasa del plátano, o las del mango, kiwi, melón o la de la miel cruda. Recomendables para cualquier persona, e imprescidible cuando existen problemas digestivos, en personas mayores y en la dieta de rendimiento del deportista, aficionado o profesional. Sé gourmet en tus elecciones para que disfrutes comiendo sano, sabrosos y con convicción, pero sobre todo para que los más pequeños de la familia adopten buenos hábitos y estén informados para prevenir la máxima cantidad de enfermedades que puedan prevenirse con un consumo deseable de frutas y verduras de buena calidad. Incluye todas las semanas crucíferas y guisantes.




Saludos desde la Huerta Mediterránea. Quiérete y cuídate con lo que de Verdad es lo mejor para ti. Dra. Alcaraz. 

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