En
la prevención primaria de la aterosclerosis, cuatro medidas deben
tomarse: mantener unas cifras de colesterol y triglicéridos dentro
de los rangos de normalidad, medidas antitrombógenas, medidas anti
estres oxidativo y mantener cifras de tensión arterial en valores
deseables. Siendo la medida dietética mayor para la prevención de
patología vascular, el tratamiento dietético de la obesidad
(consulta: La Dieta De Adelgazamiento Apropiada). Cuando una persona
presenta elevada la cifra en sangre de colesterol, es necesario
recomendar una alimentación con limitaciones cualitativas de
alimentos ricos en colesterol, como tocino, mantequilla y grasas de
origen animal. Sin embargo determinados alimentos vegetales contienen
grasas no beneficiosas a nivel de protección cardiovascular como las
de origen animal, e incluso determinadas comidas procesadas
industrialmente.
Las
grasas saturadas presentan poder aterogénico, más en concreto el
ácido palmítico que el esteárico. Recomendándose que el aporte de
grasas saturadas en la alimentación no debe sobrepasar el 10 % de la
ración dietética total. Cuando ingerimos alimentos naturales somos
conscientes de qué comemos, y es más fácil planificar los aportes
nutricionales adecudamente. Dentro de los ácidos grasos
poliinsaturados, encontramos el ácido linoléico (C18 : 2 n-6)
presente en el aceite de girasol, de maíz, y el de pepita de uva, y
el ácido linolénico (de la serie n-3) presente en el aceite de
colza, de soja, y de pescados. La serie n-6 produce reducciones
moderadas del colesterol en sangre, mientras que la sere n-3 presenta
un efecto de reducción de los triglicéridos. Existen discrepancias
respecto a los aceites de pescado (Katan M.B. Fish and heart
disease).
El
aceite de oliva contiene hasta un 80% de ácido oléico (C18 : 1N-9).
También es fuente de este ácido graso monoinsaturado el cacahuete,
y también se encuentra en alimentos de origen animal, pero donde
predominan por contra las grasas saturadas. El aceite de oliva en
crudo presenta un interés indiscutible. Numerosos estudios
demostraron que reduce el colesterol total plamático sin reducir las
cifras de HDL colesterol, es decir reduce el colesterol “malo”
sin reducir el bueno. Cuando disminuimos el consumo de grasas totales
en nuestra alimentación, no aportamos colesterol “malo” (LDL
colesterol) pero tampoco aportamos HDL colesterol. Además debemos
tener presente que tomar grasas es necesario pues las vitaminas
liposolubles se encuentran en la grasa de los alimentos, a diferencia
de las hidrosolubles que lo hacen en el agua de los alimentos como
son frutas y verduras.
Otro
modo de clasificar las grasas es si se encuentran en forma “cis”
o “trans”. Las grasas en forma trans no son beneficiosas para
nuestra salud. Es importante considerar que grasas que en modo
líquido son beneficiosas, en modo sólido se convierten en “trans”
perdiendo sus propiedades beneficiosas, y causando en nuestro
organismo un efecto similar a las grasas saturadas animales, no
teniendo pues estas grasas vegetales solidificadas ventajas por sí
mismas, frente a la mantequilla pura de vaca por ejemplo.
Especial
interés puede presentar el tratamiento hormonal sustitutivo en la
mujer en etapa de menopausia. Los estrógenos naturales reducen los
niveles de LDL colesterol y la oxidación de las LDL, a la vez que
aumentan el HDL colesterol. Siempre valorando la relación beneficio/
riesgo en relación a el posible efecto oncológico de dicha
hormonoterapia (DENKE M. A. Hormone replacement therapy: benefit and
safety issues). Otra situación interesante a valorar es la
suplementación de ácido fólico en dosis de 100 a 500 microgramos
al día asociado a suplementación con vitaminas B12 y B6 con el
objetivo de normalizar niveles en sangre altos de homocisteína. La
cual existen estudios podría encontrase elevada en pacientes con
patología cardiovascular, a fin de si normalizando la homocisteína
pudieran reducir la morbilidad y mortalidad por causa cardiovascular
(WELCH G.N., LOSCALZO J. Mecchanisms of disease: homocysteine and
atherothrombosis).
Como
consumidor infómate de qué comes y qué te conviene comer con
asesoramiento médico experto. Tu médico valorará la conveniencia o
no de tratamiento farmacológico si tus niveles de colesterol y
triglicéridos de encuentran elevados. El tratamiento con estatinas
no exime de mejorar y optimizar tu alimentación, ni te debe excusar
para permanecer en el sedentarismo si es el caso. El ejercicio físico
prolongado como el senderismo o el ciclismo te beneficiará. Así
como parece buena indicación en medicina antienvejecimiento
suplementar con aceites de pescado, pues no es lo mismo el aceite en
crudo que cocinado. Una circulación sanguínea sana no solo previene
el riesgo cardiovascular, sino que puede relacionarse con aumento del
rendimiento intelectual, deseable a cualquier edad y tanto si
estudias o trabajas.
Saludos
desde el Mediterráneo. Quiérete y cuídate comiendo lo que de
Verdad es lo mejor para ti y practicando actividad física suave o
moderada pero regular. Dra.
Eva Alcaraz.
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