La Excepción y La Norma

Los alimentos más sanos deben consumirse más frecuentemente que los que no lo son, o no lo son tanto. Es importante diferenciar entre lo que debería ser la norma y la excepción. En nutrición, si transgredes los límites de lo apropiado, al menos compensalo. Si tu dieta (conjunto de alimentos) es tu medicina, no dejes de comer. En períodos prolongados sin ingerir alimento, tu cuerpo pondrá en marcha mecanismos de supervivencia, donde entre otros, consumirá tu propio músculo, para obtener la energía necesaria. Así que come, cuando lo que has comido no es lo apropiado, pero come, lo que te faltaba por comer: fibra (frutas, verduras, legumbres), antioxidantes, vitaminas, proteínas, grasas sanas (vitaminas liposolubles, ácidos grasos omega 3, grasa mono y poliinsaturadas del aceite de oliva y pescado respectivamente). Los azúcares, harinas refinadas y las grasas inapropiadas no te están aportando estos nutrientes.




Los alimentos más sanos no llevan etiqueta nutricional ni requieren publicidad en los “mass media”, salvo campañas aisladas por motivos concretos. Lo mismo ocurre con los hábitos saludables de Vida, como dormir bien, pasear en bicicleta, reirse, cocinar en familia, o hacer un picnic ecorresponsable en un entorno natural. ¿Te imaginas? Un anuncio donde se emitiera en televisión, los efectos beneficiosos de reirse y ser más humano con el mero fin de que seamos mejores personas, sin pretensiones comerciales ni políticas. Alguna excepción habrá, pero sólo alguna. La materia prima de alta Calidad, calidad para tu Salud, es sí misma su publicidad. Una pera es rica en fibra de modo natural, aporta energía a niños y mayores por su azúcares sanos, incluso en el diabético la fibra ralentiza la absorción de azúcares y su llegada a sangre será gradual, una pera es exenta en gluten y lactosa de modo natural, una pera no es un fruto seco, ni una pera es un melocotón, y como una pera es una pera, si te sienta mal por intolerancia de tu cuerpo a la fructosa, sabes que ha sido la pera. Si incluso conoces, qué nutrientes te aporta una pera, sólo te queda comer el resto de nutrientes que no van en ella, pues identificas claramente qué te aporta qué. Perfiero comerme una pera, un trozo de salmón y arroz integral ecológico, con ajitos y laurel, que comida de “astronautas”.




Comer es un placer, y es compatible con comer sano. La Salud no tiene que ser aburrida. Unas fresas que saben a fresa, gamba roja, un rodaballo al horno, una paella con azafrán y pimentón, pan recién hecho del horno del pueblo con tomate del huerto de tu abuelo y con aceite de oliva virgen extra no filtrado ecológico, las almendras ecológicas naturales, las peras que alguna vez te comiste debajo mismo del peral, y la tortilla de patata o bizcochos que hacía la Yaya, con los huevos de gallinas felices que había recogido en el gallinero, apenas unos minutos antes de ponerse manos a la obra en la cocina. Se me ocurren muchísimas más, sobre todo si rememoro los veranos de mi infancia, con mis abuelos en el campo, y con mi otra abuela en el pueblo. Así como, los guisos caseros de mi madre, y el buen queso y embutido casero que antaño mi padre traía a casa, al regreso de sus viajes de trabajo.




Volvemos al siglo XXI, lo mismo, pero hay que esforzarse más, cierto. ¿Dónde, cuando y cómo comprar lo que de verdad quiero comer? La falta de tiempo y el precio mayor pueden ser factores limitantes, pero si puedes no regatees con tu Salud, y valora si puedes priorizar y reajustar tu tiempo y tu presupuesto. Incluso en un mismo comercio puedes encontrar alternativas muy dispares. Por la ley de la oferta y la demanda, si aumentan las demandas de lo sano y apropiado, la industria alimentaría se beneficiará gustosa de ofrecérnoslo. Debemos asumir nuestra responsabilidad como consumidores. Para eso, pide lo que de verdad deseas, y todos ganaremos: consumidores, industria alimentaria y nuestro entorno natural. La salud no debería tener un precio mayor si reorganizamos nuestra compra cuando deseamos mejorar nuestra alimentación y valoramos si un producto es o no una necesidad (consulta: La Lista De La Compra Inteligente).




Para una excursión escolar no me llevo el kéfír que tengo en casa y el colador para filtrarlo, lo mismo que en el chalet de unos amigos tal vez coma snacks de bolsa, sin embargo, un alimento de consumo ocasional y moderado, no puede sustituir a los alimentos de verdad, a los que configuran la base de una dieta variada, natural, completa y equlilibrada. La Dieta Mediterránea sigue siendo un modelo en vigor, siempre que consumamos la materia prima natural, y no lo que podríamos llamar su “equivalente moderno”. La carne al corte que se oxida y mengua poco o nada en la sartén, aporta proteínas de alto valor biológico y vitamina B12. Incluso la grasa saturada de la carne es apropiada en un niño por estar en desarrollo, y también si evitamos el sedentarismo. La grasa contiene vitaminas liposolubles que no se encuentran en el agua de los alimentos. Usa lo que realmente funciona y cuida tu Salud. Si ser vegano o vegetariano, es tu opción, tus menús y suplementos, deberán estar adecuadamente planificados, es mi segunda dieta de elección.




Saludos desde el monte con vistas al Mediterráneo. Quiérete y cuídate comiendo sano, compensando adecuadamente, y diferenciando entre la excepción y la norma.  

Dra. Eva Alcaraz.


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