"Aprendiendo
a cuidarme" es la mejor respuesta cuando alguien te pregunta:
¿Estás a dieta?. Celebramos comiendo es una realidad, pero ¿qué
pasa cuando tu Vida social es muy activa y además quieres y/ o
necesitas bajar peso?, pues, que indudablemente, es imprescindible
APRENDER A CUIDARTE.
Aprender
a cuidarte es conocer y usar la Alimentación en tu propio Beneficio,
conocer qué alimentos son realmente los importantes, y centrar el
esfuerzo en lo que de verdad es productivo y vale la pena. Cuidarse
siempre vale la pena. No malgastes energía en lo superfluo. No
empujes el río. Para salir de una habitación con la puerta cerrada
busca la manivela de la puerta, máximo salta por la ventana, pero es
inútil y agotador tratar de derribar la pared para salir de ella.
Aprender a cuidarte también implica elegir cuando te saltas la dieta, y cuando no, en qué, cuanto, cómo, donde, con quien y porqué. Cuando saltarte la dieta es tu elección y no una obligación, una presión o se te ha ido de las manos, no te sentirás culpable y sabrás, con la ayuda de un profesional médico experto, cómo compensarlo adecuadamente, con tu alimentación personalizada, y con ejercicio físico apropiado a tu nivel de entrenamiento físico (consulta: La Dieta De Adelgazamiento Apropiada).
Elige estar sano todo lo que de ti dependa, elige estar bien, sentirte bien, elige decidir cuando transgredes y cuando compensas. Encontrar un equilibrio óptimo en tu Vida, te ayuda a conseguir tus objetivos, compatibilizar tu Vida Social, y sobre todo, saber que las riendas de tu Vida están EN TUS MANOS. "ELIGE PODER ELEGIR". Así consigues sentirte contento con el resultado y orgulloso de ti mismo. Las emociones positivas que sientes cuando lo estás logrando, son un motor muy potente para seguir en ello (consulta: La Motivación En Tu Dieta).
Quien busca excusas y justificaciones, no busca Soluciones. Para mejorar necesitas conocer que ese algo que te interesa es susceptible de ser mejorado. Identificar la situación a resolver, es fundamental para abordar la estrategia conveniente según el problema y la persona. Lo que para tí es nuevo o imposible, es a lo que yo me dedico desde hace muchos años. Yo puedo abrir el capó del coche y no saber que hacer, pero un profesional de la mecánica lo ve fácil y lo tiene clarísimo.
Cuando llega el momento, de que tu familia o amigos, conozcan que estás siguiendo una dieta de control de peso, pueden plantearse distintas situaciones. En el día a día de tu alimentación, mejor buscar aliados que te apoyen, y te ayuden a reforzar las conductas que te acercan a tu objetivo. Si de antemano, sabes quien no va a ser un apoyo, o incluso quien intentará sabotear, consciente o inconscientemente, mejor no entrar a debate. Tú no intentas convencer a nadie que haga dieta, y que nadie te intente convencer que no debes cuidarte.
La diferencia entre decir "estoy a dieta" o decir que "estoy aprendiendo a cuidarme" es abismal. Si dices que estás a dieta, te responderán con mucha probabilidad que no lo necesitas, o que ya estás con lo de siempre, e intentarán que te excedas comiendo, igual que a esa persona le apetece comer en ese momento. Procurará que seas su cómplice y que no le agües la fiesta. Mi consejo: dí con convicción ”no gracias, pero tómalo tú que seguro que está muy bueno”. Si das permiso, aunque te parezca que no es necesario, la situación comenzará a ser más distendida.
Además, nadie tratará de disuadirte de que no debes cuidarte. Cuando quieres a alguien, quieres lo mejor para esa persona. Le cuidas ofreciéndole todo el cariño, toda la comprensión, y todo lo mejor que puedes y sabes. Cuidarte, será siempre beneficioso. La cuestión es, qué es cuidarnos de verdad. Aprende también a saber qué es lo mejor para ti (consulta: Quiérete Con La Vida Del Bebé).
Cuando dices que estás aprendiendo a cuidarte, y así lo sientes, es un refuerzo a tu relación apropiada con la comida y a tu autoestima. Ventajas, muchas. Para estar el tiempo suficiente con tu dieta hasta llegar al objetivo deseable, es imprescindible constancia y determinación. La clave es actuar por convicción, y no por obligación o prohibición. Si sabes que es bueno para ti, aprende cómo lograrlo y haz lo. Tú puedes, yo te ayudo.
Cuando nos referimos, no al "día a día" sino, a las excepciones: concédete permiso a ti mismo, y compensa adecuadamente, con tu dieta de después del exceso, y con ejercicio físico suave o moderado, pero practicado con regularidad. Evidentemente también debes notar, cuando es realmente excepcional, y cuando tu Vida Social abarca muchos momentos de tu semana o del mes, pues ahí, es cuando lo productivo y enriquecedor, es aprender a moderarte. Cuando lo excepcional es frecuente, deja de ser excepcional.
Sigue cuidando tu cuerpo y tu mente. Dra. Eva Alcaraz.
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